Periodista de raza analógica, migrante digital e irónico de por vida. Mi currículo lo perdí en las vías del tren que me llevó durante 27 años por España con el billete inolvidable de interviú. Ahora escribo de literatura, de ciencia y de tecnología. El futuro lo estoy contando en este blog.
Pienso, luego insisto
El día que se casaron mis padres
El día que se casaron mis padres, Suecia temía que se produjera de un [...]
Y al yate lo llamó Feria
Entre los muchos títulos nobiliarios que van pasando por las azules sangres de las grandes [...]
El mundo nuevo y los amigos perdidos
Nunca había acabado un libro con la necesidad de conocer en persona a su coautora [...]