Home2019-01-21T09:50:17+00:00

Periodista de raza analógica, migrante digital e irónico de por vida. Mi currículo lo perdí en las vías del tren que me llevó durante 27 años por España con el billete inolvidable de interviú. Ahora escribo de literatura, de ciencia y de tecnología. El futuro lo estoy contando en este blog.

Pienso, luego insisto

 

 

Cómo te defiendes de mí.

Cómo resistes,

desde la torre de la ausencia,

agitando el pañuelo para siempre,

sin forma ni color,

humo tan sólo,

aérea y rígida en tu nube,

diciendo adiós al mundo y a mis brazos,

muerta y levísima.

Cómo te defiendes de mí.

Cómo, al fin, me derrotas

y me sepultas, también a mí,

en la tumba sin flores del olvido,

donde mis huesos no conozcan

la senda de tu cobardía.

Luis Alberto de Cuenca. Cómo te defiendes de mí. Necrofilia, 1983

—– —- —-

Ludovico Einaudi: Nuvole Nere (Una Mattina)

 

Descubro con asombro que aún me faltaban por leer los primeros poemas de Luis Alberto de Cuenca. En mi manoseada edición de Cátedra (L.A.C. Poesía 1979-1996, Cátedra, 2006) no figuran, por ejemplo, la Necrofilia de 1983, con versos como estos, que nunca debieron reposar en la tumba sin flores del olvido.

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