Imaginad una peonza, dando esas peculiares vueltas propias de su inercia giroscópica. Y ahora imaginad a Isabel Díaz Ayuso, candidata del PP a la Comunidad de Madrid, explicando su programa electoral. Es la imagen más icónica de cómo está girando el PP hacia el centro de la nada.

No sé cuándo firmó esta mujer su contrato con el Club de la comedia política, pero debió ser poco antes de pronunciar una de sus primeras memeces, que es cuando, inculto de mí, empecé a saber de nuestra incomparable monologuista.

OKUPAS DE IBERDROLA

He de confesar que escribo este post con cierto alivio. Acabo de volver de hacer la compra y, en ese rato, Podemos no le ha dado mi casa “a sus amigos okupas”, tal como se maliciaba Ayuso el otro día en un mitin en Las Rozas (Madrid).

Sí tengo okupada la casa por Iberdrola, el Canal de Isabel II y Madrileña Red de Gas, a quienes pago religiosamente sus servicios para mayor alegría de algunos de sus consejeros, más amigos de Ayuso que de Podemos, sin duda. Pongo un ejemplo: el del ínclito Ángel Acebes, consejero de Iberdrola desde 2012 hasta el pasado febrero, en que se fue a hacer un poco de banquillo –judicial- por la salida a Bolsa de Bankia. Y del Canal de Isabel II, señora Ayuso, ejem, mejor no hablo.

DE NO NACIDOS…

Pero a lo que voy. Supe de esta mujer hace poco más de un mes, cuando intentó cambiar un refrán español a costa de unos fetos. Me explico: Ayuso planteó considerar “al concebido no nacido” como un miembro más de la unidad familiar, para tenerle en cuenta a la hora de solicitar una plaza escolar o el título de familia numerosa. Es decir, que ya no de bien nacidos, sino de no nacidos sería lo de ser agradecidos. Una paremia a la que pronto le pusieron coto:

  • Si el bebé no llegara a nacer, ¿se retirarían las ayudas? –le preguntaron.
  • No lo he pensado, no lo tengo claro, creo que no. A la hora de solicitar una plaza, evidentemente no, pero a la hora de expedir el título lo sopesaré.

Ese es el nivel de la candidata. Tampoco explicó qué pasaría si la medida se aplicara en Nueva York, “donde se permite el aborto después del nacimiento”, como dice su compañero de partido, Adolfo Suárez Illana, el Homo memus. Un puto lío.

EL CAMPO DEL ORGULLO

Otra perla: el Orgullo Gay. Vox propone trasladarlo a la Casa de Campo –a falta de un campo de exterminio en las cercanías de Madrid-. Y Ayuso sale corriendo a corregir a quienes hasta hace unos días iban a estar en el Consejo de Ministros del PP: “No me gusta, es un bien patrimonial y escenario de las familias y de los que van a hacer deporte durante el fin de semana”. Venga, Isabel, ni pa’ti ni pa’mí: deberías proponer que manden al colectivo LGTBI al barrio de las Letras. Al menos le darías un toque de humor a tu intrínseca homofobia.

ATASCADA EN LA BASURA

Pero es que Madrid ya no es como era, cuando disfrutabas de los atascos a las tres de la mañana de un sábado, esa “seña de identidad” con los que quiere acabar la abuela Carmena. Una pregunta: ¿Qué hacías en los atascos? ¿No estarías jugando a los concebidos no nacidos, pillina?

Por cierto: uno de los atascos típicos de Madrid en fin de semana, al menos en mi época de trasnoche, era el que formaba el camión de la basura al hacer su servicio en una calle estrecha. Lo que me ha hecho recordar esa frase estrella de tu campaña: “Cuando hablan de empleo basura, me parece ofensivo para el que está deseando tener ese empleo basura”. Te la estoy escribiendo en una pancarta, para ver si tienes un par de ovarios y la llevas a la manifa del 1 de mayo del año que viene.

SUS PARIDAS

Y ojo, que no digo lo de ovarios sin ton ni son. Bien sabemos que tú eres de las que te pondrías a emprender en cuanto se te secaran los puntos de sutura del parto. “¿Para qué coño 16 semanas, putas vagas?” Sí, es cierto que no has dicho eso. Pero sí que tu querida amiga Ana, “tiene a su niña desde hace una semana y ya está emprendiendo por el mundo (…) Este es el tipo de mujer que a mí me gusta y no el de la mujer de izquierda, que tiene que victimizar y colectivizar los sentimientos”.

Claro, amiga: porque el niño importa siempre que sea feto, no lo vayan a abortar las rojas, pero una vez que se tiene, mejor que lo cuide una nurse o una nodriza, si es que puedes permitírtelo, of course. Aunque no es el caso de muchas mujeres en este país, ¿lo sabías?

De lo que se deduce que vuestro viaje al centro huyendo de Vox es pura farfolla. Te lo recuerdo en otras dos frases tuyas, lapidarias: “Vox no propone nada que yo no haya visto antes dentro del PP” (El Mundo, 14 de enero de 2019), y “Vox no es extremo” (La Sexta, 27 de diciembre de 2018, un día antes de los Santos Inocentes).