Yo quiero seguir viendo la calle, el sol, el ajetreo de los transeúntes, entrar en una librería y comprar el ‘Ulysses’, de Joyce, y sentarme en la terraza de un bar y tomarme una cerveza checa, y subir la escalera del avión y decir “buenos días” a la aeromoza, y acercarme por mis propios pasos al borde de un acantilado y contemplar los arrecifes y las olas que rompen y saltan y se desgarran y derraman
y apagar la luz de mi habitación y cerrar los ojos y verte aparecer dentro del color violeta sonriendo veladamente y tomar un bolígrafo verde e ir escribiendo sin darme cuenta de lo que dice mi mano, y marcharme otra vez a Cuba y regresar por Moscú y pararme en la fila del mausoleo a Lenin y permanecer impávido tres horas sobre la nieve, y besarte entre labio y labio, un poco ladeada, y decir “¿qué tal has dormido, niña?”. Y como quería Vallejo comprar un buen periódico y publicar de tarde en tarde un libro y darme en parte a los otros y perdurar del todo sobre la tierra.
Blas de Otero / Gracias por perdurar
(Hojas de Madrid con La galerna- Obra completa 1935-1977-. Ed. Galaxia Gutenberg, 2016)
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