Su primer maestro dibujó un bisonte en una cueva. Y a Darwin le hubiera encantado tener uno a bordo del Beagle. Son los ilustradores científicos, auténticos artistas de la precisión cuyo trabajo es realmente impagable. Uno de ellos, especializado en paleontología, afirma que se pasa día y medio para dibujar un diente. De todo ello he hablado para Nobbot con Miquel Baidal, creador de la plataforma divulgativa Illustraciencia: