Tal día como hoy, en 1980, Miguel Ríos empieza a seguir por Instagram a una tal Lucía, que va de santa, se queda prendado de ella porque le recuerda a alguien y a las pocas semanas comprende que esa red social es una patraña: “Ya sé todo de tu vida y sin embargo / no conozco ni un detalle de ti”, le escribe en un mensaje directo a la chica.