Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves;
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.

José Martí: Si ves un monte de espumas

(Versos sencillos / Ismaelillo Ed. Aguilar, 1969)

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Leo Brouwer: Mitología de las aguas / Si ves un monte de espumas

El berrido de un ciervo en celo, ese misterio seco y grave que rasga la tarde, es un espectáculo duro de oír y maravilloso de ver. Muy cerca de donde vivo, junto a las vallas finales de El Pardo, por donde entra el arroyo de Trofas buscando el Manzanares, he tenido la ocasión de contemplar estos días el ronco canto de un ciervo en celo. Acompaño las imágenes con estos versos de José Martí que, como un ciervo herido, buscan en el monte amparo.